Con buena aceptación de participantes iniciábamos la temporada de rutas 2020, llegando a superar los 60 senderistas procedentes de Torrejoncillo, Puebla de Argeme, Plasencia y Coria. La marcha propuesta para la apertura era la suspendida en el mes de diciembre y que pondría el cierre de la anterior edición, donde esta vez si disfrutamos del buen anticiclón que se está dando en estos días a pesar de las bajas temperaturas que lo acompañan.
Comenzábamos andar desde la estación de autobuses de Baños de Montemayor sobre las 09:15 horas, donde el termómetro marcaba 1ºC, pero pronto las callejuelas de subida con sus pendientes pronunciadas eran de agradecer para ir cogiendo temperatura corporal y calentando las piernas para los repechos iniciales que nos encontraremos en los primeros kilómetros del sendero. Una vez cruzada la carretera principal nos adentraríamos en las callejas de castaños y robles predominante durante todo el trayecto. Las secuelas de las abundantes lluvias que hemos tenido en el pasado mes, se reflejaba en la calzada de piedra exenta de hojas y tierra, arrastrada por las escorrentías generadas.
Transcurridos unos 4 kilómetros llegábamos a los pies de la población de La Garganta (1.120 m), donde nos esperaba la bienvenida de los reporteros de Canal Extremadura que estaban grabando para el noticiario de actividades del canal emitido el mismo día. Superada la segunda población más alta de la región, continuamos la senda con la presencia de algunas zonas heladas y escarchas pasando el límite de provincia con Castilla León, hasta llegar a la altitud de los 1.280 m. En este punto intermedio de ruta se hacía la parada del avituallamiento aprovechando una zona de solana con buena temperatura para comer con buen agrado el bocadillo.
Iniciamos la bajada dirección a la población salmantina de Puerto de Béjar, por la senda de San Antón, una bajada técnica con cierto peligro por la presencia de hojas seca, piedras sueltas y algún que otro castaño caído en medio de la calleja, lo que hacía estar muy concentrado en cada una de las pisadas para evitar los típicos "culetazos" en este tipo de descensos.
Pasada la zona más complicada de la bajada, llegábamos a la vía verde que une Béjar y Hervás, muy transitada por ciclistas y paseantes aprovechando la mañana soleada y agradable propicia para estas actividades. Pasado uno de los túneles con los que cuenta la vía, nos desviaríamos por otro sendero para llegar más directo a la población de partida, después de más de cuatro horas de ruta.
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