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lunes, 26 de febrero de 2018

CERCA DE SETENTA SENDERISTAS ACUDIERON A LA CITA DE UNA DE LAS RUTAS MÁS EMBLEMÁTICA LLENA DE HISTORIA Y NATURALEZA

Bajo un día espléndido, más parecido a la primavera que en la estación invernal donde nos encontramos, el grupo de senderistas se trasladaba esta vez, en el mes de febrero, a la población cacereña de Botija, ubicada en la penillanura cacereño-trujillana en el mismo centro del triángulo formado por Cáceres, Trujillo y Mérida, con el fin de realizar la ruta: RIBEROS DEL TAMUJA-CASTRO VILLASVIEJAS. Marcha circular asequible a todas las edades, bajo una distancia de 14 km, y que nos aguardaba una importante ciudad vetona que despertó el interés de todos los presentes, de ahí la asistencia de cerca de setenta aficionados procedentes de las localidades de Madrid, Cáceres, Tejeda, Torrejoncillo, Moraleja, Puebla de Argeme, San Gil y Coria.

Sobre las 09:45 horas, el grupo partía desde la misma plaza Consistorial pertrechado con ropa de abrigo debido a las bajas temperaturas que se daban en el despertar del día, pero que a medida que avanzábamos empezaba a sobrar todas las capas de abrigo. A pocos metros de la población de Botija nos introducíamos en su dehesa Boyal, una de las más importantes de la comarca, a través de unas cancelas que guardaba un rebaño de vacas algunas recién paridas pocas horas antes. Con dirección a la ermita tenemos el primer contacto con el cauce de la ribera del Tamuja, el cual presentaba grandes signos de sequía.

El primero de los monumentos que nos encontramos durante la marcha, es el puente viejo construido entre los siglos XVI y XVII, formado por tres arcos de medio punto, con sillares marcados por el cantero tallador.

Adentrándonos en la misma dehesa, nos topamos con la existencia de algunos cerramientos que albergan filones mineros que eran aprovechados para obtener plomo y plata. Más adelante, llegamos al reconstruido Molino de la Muralla, del siglo XVIII, formado por un sistema de presa o pesquera utilizado para moler el trigo y fabricar harina con la ayuda de la fuerza del agua.

Continuamos por el seco cauce del Tamuja para acercarnos esta vez al punto más deseado de la ruta, en concreto a la zona arqueológica  "Villasviejas del Tamuja", donde se encuentran los restos de un castro habitado de hace más de dos mil años por gentes de la II Edad del Hierro (s.V-IV a.C.), que integraban una sociedad jerarquizada de guerreros, campesinos y artesanos. En la actualidad, además de los trabajos de investigación en la zona, se están realizando obras de acondicionamiento del castro para que la visita se más cómoda.


Destacar también, que dentro de los asistentes se encontraba uno de los Catedráticos de Historia Antigua más importantes del país, como es D. JOSE MANUEL ROLDAN HERVÁS, licenciado en Filología Clásica por la Universidad de Salamanca, donde se doctoró en 1968. Amplió estudios en Alemania. En 1974 obtuvo la Cátedra de Historia Antigua de la Universidad de Granada y en 1988 la de Salamanca. Desde 1992 es catedrático de esta especialidad en la Universidad Complutense; además es becario de la Fundación Alexander von Humboldt y miembro de los comités científicos de una docena de revistas especializadas. Agradecerle la charla que nos deleitó sobre la historia de los vetones en el territorio peninsular.

Tras cuatro horas y media, llegábamos de nuevo a la histórica población de Botija.


En el siguiente enlace podéis ver las fotos de la ruta, pincha aquí.

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