El
domingo 19 de febrero, la Concejalía de Deportes del Ayuntamiento de
Coria organizaba la segunda ruta senderista de la temporada, la cual
comenzaba desde la localidad de Torrejoncillo, y que por primera vez,
tenía como finalización la misma población de Coria. A pesar la
distancia de cerca de los 25 km con los que contaba la marcha, no
supuso un obstáculo para reunir a más de 75 participantes
procedentes de las localidades Plasencia, Torrejoncillo, Portaje,
Tejeda, Riolobos y Coria.
A
las 09:00 horas se iniciaba la ruta desde el mismo polígono de
Torrejoncillo, donde varios de los participantes nos esperaban con
sus vehículos propios para unirse al grupo. Tomamos el camino que se
adentra en la dehesa de esta población con una mañana soleada pero
que con la presencia de viento fuerte que nos acompañaría durante
todo el trayecto. Pasando varias fincas de dehesa llegamos al primer
punto de concentración coincidiendo con la ermita de “San Pedro”,
a
unos 5 Kilómetros de Torrejoncillo, y que surgió en torno a una
leyenda según el cual el apóstol estuvo pescando en la charca de su
nombre, en el arroyo “Rivera de Fresnedosa”. Una vez visitada por
los más interesados, tomamos rumbo hacia el siguiente punto de
reunión, pero esta vez paralelos al embalse de Portaje, es sin lugar
a dudas, uno de los pantanos con mejor calidad de agua de todo el
territorio tanto comarcal como regional. Tras ser bordeado llegamos a
la ermita de la “Virgen del Casar” correspondiente a la población
de Portaje, que según
la tradición, la Virgen se apareció a un pastor en la dehesa de la
Tejada, en lo alto de una encina, dejando su imagen grabada en las
bellotas. También se dice que abandonó el pueblo de Casar de
Cáceres, para ser venerada en esta dehesa de la Tejada, y de ahí
proviene su nombre de "Virgen del Casar". Una vez reunido
el grupo de senderistas nos acercamos a esta población para hacer la
parada técnica del avituallamiento.
Recorrido
la mitad del trayecto, partimos de las piscinas municipales de
Portaje para adentrarnos, esta vez, en las proximidades de la dehesa
Boyal de Mínguez, donde nos esperaba la sorpresa del día, con zonas
pantanosas de agua y barro que obligaron a más de uno/a a mojarse
los piés y botas. La bajada por la dehesa de Mínguez con la imagen
de la ciudad de Coria al fondo era la panorámica más retratada por
los aficionados a la fotografía que nos acompañaban en el grupo.
Despúes
de seis horas y veinte minutos, sobre las tres y media de la tarde,
se llegaba al punto de destino del Puente de Hierro, donde algunos de
los participantes tenían que ser recogido por sus familiares al
acusar la fatiga por los kilómetros acumulados durante la marcha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario