Todo
un acierto el aplazar la ruta senderista “Valle del río Esperabán”, que en un
principio estaba propuesta para el domingo 9 de febrero, y que por las malas
condiciones meteorológicas previstas para ese fin de semana tubo que ser
suspendida para organizarla el siguiente domingo 16 de febrero, dónde contamos
con una climatología ideal para todo tipo de actividades en el medio natural.
La
ruta de dificultad media alta, contó con la participación de 52 senderistas
procedentes de las localidades de: Cáceres, Coria, Moraleja, Vegaviana,
Montehermoso, Plasencia y Zafra; los cuales nos trasladamos a la comarca de las
Hurdes, concretamente a la alquería de Erías, perteneciente a Pinofranqueado,
donde el entorno de la zona no defraudo en ninguno de los momentos por los que
transcurría el recorrido.
Sobre
las 09:00 de la mañana partíamos de la pequeña aldea de Erías para adentrarnos,
desde el principio, entre senderos de pizarra y bosques de pinares y robles
típicos de la comarca, que ascendían por el valle del Esperabán, dando nombre
al mismo río por el que transitan sus aguas. Hasta alcanzar el límite de
provincia con Salamanca. Recorriendo el cordel de la provincia, nos dirigíamos al
reto de la mañana, ascender a la denominada “Bolla Chica” con una altitud de
1.390 metros. Con paso de “astronauta”, los senderistas alcanzaron el pico, con
algún que otro sufrimiento, que fue recompensado con las impresionantes vistas
geográficas con las que disfrutamos tanto de la vertiente extremeña como salmantina.
Transcurrido
más de la mitad del trayecto, km 10, procedimos a la bajada entre senderos de
brezos, robles y castaños, donde la mano del hombre, por desgracia, nos obligó
a salvar un terraplén de piedras originado por las obras de un nuevo camino que
se abría entre el monte, sin respetar parte del sendero original utilizado
durante muchos años como paso de senderistas.
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